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En 1934, el señor Walter Douglas, multimillonario norteamericano de origen escocés y con ligas a los negocios mineros del noreste del estado y presidente del Ferrocarril Sud-Pacífico de México, concibió la idea de traer turistas a Guaymas por medio del ferrocarril. En sus oficinas principales de Guadalajara trabajaban varios ingenieros y arquitectos a quienes les encomendó la tarea de diseñar un hotel de lujo que ofreciera servicios turísticos de calidad. También en el proyecto se debía incluir una estación de ferrocarril pues la que había antes, que era de madera, se había incendiado en 1930. Luis Barragán, que luego sería famosísimo arquitecto, Ignacio Díaz Morales y Rafael Urzúa presentaron un proyecto novedoso que ganó el concurso al que se convocó.
Se trataba de construir un hotel frente al mar en la bahía de Bacochibampo y una estación en la ciudad de Guaymas. Trabajaron en la obra muchos de los empleados del ferrocarril en Guaymas y Empalme. Se combinaron hábilmente los estilos arquitectónicos de Marruecos y Andalucía con el de muchas casas de Jalisco que contienen amplios patios, fuentes, árboles y flores para proporcionar una sensación de paz y tranquilidad, combinación de luz y sombra que resulta muy atractiva. Se trata del Hotel Playas de Cortés que se terminó de construir en 1936.
Este sería el primer hotel en Sonora en ser diseñado específicamente para proporcionar servicios turísticos y comodidades modernas a los turistas. Estos llegaban por tren a Empalme o Guaymas y eran transportados al hotel en donde había cuartos amueblados con muebles mexicanos. Contaba con servicio de teléfono y telégrafo, valet, tienda de artesanías, canchas de tenis y de badmington, alberca, restaurante y bar. Había disponibles caballos para practicar la equitación, la exploración y la cacería y lanchas para practicar la pesca deportiva o los paseos por mar. En el bar se colocaron unas hermosas tallas en madera creadas por el famoso escultor Dick Wiken con el tema del rapto de las mujeres indígenas por los conquistadores españoles. Estas tallas todavía pueden ser admiradas en dicho bar.
En el restaurante se servían los famosos ostiones y camarones de Guaymas, el pescado recién salido del mar, la carne de animales de caza y la comida típica mexicana. Algunos turistas lograron cobrar enormes piezas de marlín, pez espada y pez vela y buenos trofeos de venado cola blanca y bura.
En poco tiempo se dio a conocer el hotel como lugar excelente para la recreación entre las personas acomodadas de Estados Unidos y entre los estrellas de Hollywood y Guaymas entró al mapa mundial de los lugares turísticos con artículos en prestigiosas revistas, entre ellas el National Geographic y las Guías especializadas para el turismo.
región para vacacionar o ir de paseo. Cuando se terminó la carretera panamericana comenzaron a llegar largas caravanas de casas rodantes procedentes de Estados Unidos y el turismo estaba floreciente. en esos años hasta 1970 1980
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