regresaba al puerto el superyate Azteca. Construido en 2009 en los astilleros italianos Construzioni e Reparazioni Navali, este buque, durante unos meses y bajo el nombre de Clarena II, fue propiedad del constructor español Francisco Hernando, El Pocero, el cual, encargaba este yate convirtiéndolo en el mayor barco de recreo que hasta entonces había navegado bajo bandera española. Con 1.891 toneladas de registro bruto, 72 metros de eslora y 13,5 de manga, este barco que está incluido en el top 100 de los yates más grandes y lujosos del mundo, en julio de 2010 pasaba a manos del magnate de los negocios mejicano Ricardo Salinas Pliego que, tras pagar por él 58 millones de euros, lo rebautizaba con el nombre Azteca.
Tripulado por 28 personas, este yate con casco de acero y superestructura de aluminio, además de poseer un camarote principal, el del armador, de 120 metros cuadrados en el que se incluyen una sala de masaje, dos cuartos de baño, un pequeño cine y un balcón mirador abatible, dispone de cinco suites dobles que le permiten albergar a una docena de invitados. Como curiosidad, hay que destacar que dos de estas suites disponen de camarotes adyacentes destinados al personal de servicio de los invitados
Decorado por el estudio Nuvolari & Lenard (una de las más prestigiosas firmas del mundo dedicadas al diseño e interiorismo de megayates), el Azteca, además de contar con todos los estándares propios de un buque de estas características, incluyendo un helipuerto, dispone en su cubierta inferior a popa de una amplia zona de recreo de más de 100 metros cuadrados habilitada para practicar todo tipo de deportes náuticos.
Disponiendo de los más avanzados medios técnicos destinados a la navegación, el Azteca puede alcanzar una velocidad máxima de 16,5 nudos 31 kilómetros por hora