miércoles, febrero 22, 2012

los arcangeles protejiendo a tobias y la familia de los males


La pintura perteneció al altar Cappani de Santo Spirito, de Florencia. Es quizás la obra maestra de este maestro agradable fresca y la mayoría menores, que, a partir de la influencia cerca de Verocchio, aquí todavía la prevalencia del préstamo  (el trabajo es de la época juvenil no, más tarde, probablemente de 1470) pasó a un estilo más florido en la influencia de Botticelli, de los cuales, sin embargo, es difícil encontrar una huella en este trabajo. 



 
Temple sobre tabla, 135 x 154 cm 
Galleria degli Uffizi, Florencia c 1470
Botticini, Francisco
(B.1446, Florencia, d 1497, Florencia)

El Libro de Tobías es una deliciosa historia, de esas que la delicadeza de Dios parece haber puesto como cebo para encariñarnos con la lectura de la Sagrada Biblia, río de la gracia divina, que procede del Trono de Dios y del Cordero (Apocalipsis 22, 1), como la llama el Papa Benedicto XV, en pos de San Jerónimo.
Tobías, en griego Tobit, se encuentra cautivo en Nínive, unos setecientos años antes de Jesucristo. Brillan en él extraordinariamente las virtudes de la religión, la fe en las divinas promesas, la firme esperanza en Dios, que le da alegría y fortaleza en las pruebas, y la más tierna caridad para con el prójimo. También su hijo, del mismo nombre, es un modelo de hombre recto, lo mismo que su esposa, la joven Sara, en quien se cumplen las palabras de Prov. 19, 14: "De los padres vienen la casa y los bienes, mas la mujer prudente la da sólo el Señor".
El Libro de Tobías es el poema incomparable del feliz hogar cristiano: del viejo hogar de los padres y del nuevo hogar de los hijos. Allí se aprende a practicar las obras de misericordia y se entera de que un Angel presenta a Dios todo lo que hacemos por auténtica caridad.


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