lunes, abril 11, 2011

miguel de cervantes saavedra y sancho panza la virgen de guadalupe la cruz cristiana


 jesuscristo en la cruz

                                                                           Don Quijote, por el contrario, hombre culto, se enredará muchas veces en sus pensamientos, haciéndoselos incomprensibles a Sancho; quien, por su parte, recurrirá a los refranes para compensar su ignorancia en muchos temas. Algunos ejemplos son:
  • Donde una puerta se cierra otra se abre
  • No con quien naces, sino con quien paces
  • De noche todos los gatos son pardos
  • Ándeme yo caliente, ríase la gente
  • Cuando a Roma fueres, haz como vieres

"–No más refranes, Sancho, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en desierto, y "castígame mi madre, y yo trómpogelas".A tantos refranes recurría Sancho, que Don Quijote terminó por decirle:
–Paréceme –respondió Sancho– que vuesa merced es como lo que dicen: "Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra". Estáme reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos.
–Mira, Sancho –respondió don Quijote–: yo traigo los refranes a propósito, y vienen cuando los digo como anillo en el dedo; pero tráeslos tan por los cabellos, que los arrastras, y no los guías; y si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito, antes es disparate que sentencia. Pero dejémonos desto, y, pues ya viene la noche, retirémonos del camino real algún trecho, donde pasaremos esta noche, y Dios sabe lo que será mañana.


                                                                       

  
La Invención o hallazgo de la Santa Cruz
Año 326
Una canción religiosa dice: "Venid oh cristianos - la cruz veneremos - la cruz recordemos - de Cristo Jesús…
Tengamos siempre en nuestras casas la Santa Cruz. Un crucifijo que nos recuerde lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos. Y ojalá besemos de vez en cuando sus manos y sus pies. Así lo hacían siempre los santos.
No nos acostemos jamás ni nos levantemos ningún día sin hacer la señal de la cruz, bien hecha, despacio, desde la frente hasta el pecho y del hombro izquierdo hasta el derecho, y pronunciando los tres Santísimos nombres del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esto trae bendición y muchos favores celestiales, y aleja al demonio y libra de muchos males y peligros.
Jesús en la Cruz
Oracion: 

Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
Historia:
Con este signo vencerás:
Cuenta el historiador Eusebio de Cesarea que el general Constantino, hijo de Santa Elena, era pagano pero respetaba a los cristianos. Y que teniendo que presentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio, jefe de Roma, el año 311, la noche anterior a la batalla tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: "Con este signo vencerás", y que al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y que exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". Y la victoria fue total, y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos, que por tres siglos venían siendo muy perseguidos por los gobernantes paganos.
Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Cristótomo y San Ambrosio, cuentan que Santa Elena, la madre del emperador, pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Nuestro Señor. Y que después de muchas y muy profundas excavaciones encontró tres cruces. Y como no sabían cómo distinguir la cruz de Jesús de las otras dos, llevaron una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud. Y entonces Santa Elena, y el obispo de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Y que por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar y que acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó.
Por muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo entero, la fiesta de la Invención o hallazgo de la Santa Cruz el día 3 de Mayo.







                                                                




Oración a la Santísima Virgen de Guadalupe
Amorosísima y tierna Madre mía. En quien he puesto toda mi confianza no se con que voces pedirte, me alcances del Sagrado Corazón las gracias que solicito.
Yo apuro mi mente y en ella no encuentro frases que interrumpan mi dolor.
He llorado Señora, pero mis lágrimas carecen de elocuencia, he suplicado mucho, mucho pero mi aliento corrompido en la maldad, tal vez no llegará a tus pies. María dulce Madre, tú que conoces el lenguaje de tus hijos, traduce el mío balbuciente y torpe; aclara mi humilde petición y se tú quien me interprete para con Jesús: Dile que no se hablar, que mi lengua de mortal sólo vierte frases en el idioma de los hombres.
Haz Señora que fije sus divinos ojos en esta alma pobre que expira en el dolor. Pídele y ruégale que corone mis deseos, que favorezca mis peticiones y que escuche esta oración en memoria de sus agonías. Y aunque el nada me conceda ¿Tú me desampararas Madre mía?, ¿Quedaran sin ser escuchadas las suplicas que hoy te hago? En fin Señora, si no encuentro remedio a mis congojas, tú pediste y no me conviene, que se haga tú santísima voluntad. Son las amarguras, que por mis culpas merezco. Amén.
Madre de Dios y Madre mía, ruega por mí y por el mundo entero…          (3 veces)